FELIZ

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lunes, 18 de abril de 2016

INTRODUCCIÓN A LA PSICOPROFILAXIS

Es una opción que conjuga la información sobre los cambios biológicos del embarazo, la práctica de ejercicios físicos y la terapia de grupo para lograr que la mujer embarazada y su pareja tengan plena conciencia del proceso que atraviesan y puedan actuar en consecuencia en el momento del parto, sin caer en la administración innecesaria de analgésicos o anestesia.
El curso de psicoprofilaxis o curso preparto es generalmente dictado por obstetras, y es oportuno comenzarlo al comenzar la semana 30 del embarazo, es decir, a medio camino entre el sexto y el séptimo mes. Los contenidos suelen dividirse en dos fases principales: la preparación psíquica y la preparación física. Nunca se pierde de vista que si bien se necesita procesar psicologicamente la experiencia que atravesamos, el escenario en donde de centra toda la acción es el cuerpo de la mamá.

Qué es la psicoprofilaxis y cómo nos ayuda en el parto

La fase de preparación psíquica consta de varios elementos. El fin es enseñar a la futura mamá a manejar sus miedos y ansiedades. Por un lado, se proveerán herramientas físicas, como técnicas de respiración, relajación y meditación, para poder aplicarlas durante el trabajo de parto y así disminuir el miedo y la  sensación de dolor. Por otro lado, se organizarán sesiones de terapia de grupo, donde muchas futuras mamás podrán compartir sus experiencias y miedos, con el objetivo de hacerla sentir acompañadas y ofrecer un lugar en donde plantear todas sus consultas.
El curso psicoprofiláctico está especialmente recomendado a mamas primerizas. Dentro de sus contenidos se enseña a reconocer signos de alarma antes, durante y después del parto; se explican los cambios del cuerpo (emocionales, físicos y de sexualidad); se ofrecen consejos de nutrición y guías de cuidado de los bebés, así como instrucción en información sobre la lactancia.
En condiciones ideales, ambos integrantes de la pareja asisten a las clases. Suelen ser una docena de encuentros, cuyos objetivos son lograr un parto sin anestésicos ni bloqueos, pero asimismo capaz de ser disfrutado por la mamá, que está plenamente consciente a pesar del dolor. Las clases estimulan a la pareja a asumir un rol participante durante el alumbramiento, y no sólo de testigo o acompañante. La mamá no se sentirá sola y su pareja perderá la sensación de estar excluido de la experiencia.
El propósito no es evitar el dolor, sino reducirlo y entenderlo, para librarnos del miedo y el estrés y entregarnos plenamente a esta experiencia tan especial.


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